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Energía solar fotovoltaica
Publicado el 21-07-09 , por Juan Laso
Las energías renovables se han convertido en el principal remedio del actual atolladero energético. Las crecientes necesidades de los países emergentes, asociadas a la finitud de los combustibles fósiles, a la concentración de su oferta, a las emisiones contaminantes y a sus riesgos inherentes, han hecho de la opción renovable un imperativo casi categórico.
Además, en plena crisis económica global, y para una mayoría de países, suponen un sector estratégico clave para la reactivación económica nacional y una importante fuente de creación de empleo.
Se mire como se mire, casi nadie cuestiona ya que la energía verde es la solución al necesario cambio de paradigma energético mundial y nacional. Me refiero a un cambio de muy hondo calado, que modificará los comportamientos y las formas de usar la energía, definirá nuevos negocios, usos y costumbres, y alterará la forma de relacionarnos, de trabajar y de convivir. Una revolución en toda regla como las que supusieron con anterioridad los transportes, las telecomunicaciones o las nuevas tecnologías.
En ese panorama, la energía solar fotovoltaica es una de las renovables con mayor margen de desarrollo y abaratamiento. España cuenta con el valor añadido de ser uno de los líderes mundiales en este tipo de energía. El año pasado concentramos casi la mitad de las nuevas instalaciones solares fotovoltaicas puestas en marcha en todo el mundo, con una potencia total superior a los 2.500 megavatios, equivalentes a dos centrales nucleares y media.
El esfuerzo realizado por el sector el año pasado permitirá, sin duda, que varias empresas españolas puedan figurar entre las líderes y más avanzadas del mundo. Una planta solar fotovoltaica requiere múltiples componentes y una compleja ingeniería.
Muy pocos países son capaces de producir todo lo necesario. A día de hoy, la verdadera clave de esta actividad es que España pertenece por derecho propio a ese selecto club, que completan Alemania, Estados Unidos y Japón. La ventaja resulta sustancial, porque insisto en que a medio plazo esta fuente de energía va a ser determinante en todo el mundo.
Es muy probable que España pueda alcanzar a partir de 2012, en menos de tres años, la grid parity, o paridad entre el coste de la electricidad fotovoltaica y el precio actual para el consumidor final. Incluso a partir de ese momento seguirá existiendo un importante margen de abaratamiento y de generación de riqueza y empleo, gracias al constante desarrollo tecnológico y a la importante reducción de costes del sector.
Por eso, al analizar ahora el sector solar fotovoltaico español, debe prevalecer cuánto valor va a generarse desde ya y de cara al futuro gracias a esas inversiones, ya que la solar fotovoltaica es una energía de futuro, sostenible y muy eficiente.
Al contrario, no cambiar ahora de modelo energético agravaría el proceso de cambio climático. Si el actual mix energético se mantuviese igual hasta 2030, a finales de siglo se habría duplicado la concentración de dióxido de carbono, lo que supondría el ascenso de unos seis grados en la temperatura media terrestre para entonces.
Si cambiásemos ese modelo por uno más respetuoso, como el que ya han comenzado a aplicar países como Alemania o España, podríamos reducir la concentración de dióxido de carbono hasta unas 450 partes por millón, lo que todavía representaría un ascenso de la temperatura media en unos dos grados centígrados.
Hora de actuarLa Agencia Internacional de la Energía advierte de que lograr esta reducción exigiría que al menos el 40% de la producción energética mundial fuese renovable. Si en 2020 no nos hubiésemos acercado a esas proporciones, enmendar el cambio climático a partir de entonces será mucho más difícil y oneroso. La Agencia concluye que es hora de emprender iniciativas nacionales para promover un modelo energético limpio, inteligente y competitivo. «El tiempo apremia y es hora de actuar», aconseja.
De hecho, sólo la potencia solar fotovoltaica ya instalada en España permite ahorrar anualmente unas 250.000 toneladas de petróleo. Ayuda, por tanto, a reducir una dependencia energética del exterior que en nuestro caso ronda el 80% y resulta determinante para que avancemos tanto en autoabastecimiento energético como en sostenibilidad ambiental.
La carrera contra el reloj ya ha empezado y quien se quede quieto va a rezagarse mucho. «Tenemos una elección. Podemos seguir siendo el mayor importador de petróleo del mundo, o podemos convertirnos en el mayor exportador mundial de energía limpia. Podemos dejar el trabajo del futuro en manos de nuestros competidores, o podemos hacer frente a la que ya ha sido reconocida como la mayor oportunidad de nuestro tiempo.
La nación que sea líder mundial en la creación de nuevas fuentes de energía limpia será la nación que lidere la economía global del siglo XXI». Como probablemente hayan adivinado, son palabras que Barack Obama pronunció hace menos de dos meses pensando en el futuro renovable de Estados Unidos. ¿No les parece que pueden ser igualmente válidas para nosotros o incluso más?
Presidente de la Asociación Empresarial Fotovoltaica



Alimentos ecológicos y sus beneficios.

Una buena forma de mejorar nuestra salud es usando alimentos biológicos en el hogar, ya que son más ricos en nutrientes, vitaminas y más sabrosos. El consumir alimentos biológicos en el hogar contribuye a extender su cultivo y a evitar la contaminación.

Mejora la salud con Alimentos Biológicos
La agricultura convencional utiliza numerosos productos para matar a insectos y otras plagas, otras plantas que surgen junto al cultivo, combatir enfermedades, alterar el crecimiento..., todos estos productos no son inocuos, aún en dosis mínimas. Tampoco sus efectos a largo plazo y los de sus infinitas posibles combinaciones en nuestro organismo. La agricultura biológica los evita.
Contribuye a mantener la salud de los agricultores y consumidores, al no utilizar biocidas ni semillas transgénicas, y producir alimentos equilibrados en nutrientes.
Los alimentos biológicos, cultivados sin uso de agroquímicos, respetando los ritmos naturales, sin aditivos, son equilibrados y muy ricos en nutrientes.
Los cereales integrales, convenientes en la dieta por su riqueza en fibras y minerales, deben ser biológicos. Si no es así, y han sido cultivados con pesticidas, éstos quedan en mayor proporción en las cascarillas exteriores, por lo que resultan más peligrosos que los refinados.
Con los alimentos biológicos se recupera el verdadero sabor de los alimentos. Además se conservan mejor que los convencionales.

Con Alimentos Biológicos se protege la agricultura
Contribuye a mantener el patrimonio genético, ya que para dejar de usar biocidas es imprescindible que las plantas que se cultiven sean rústicas, adaptadas al lugar, es decir, autóctonas.
Devuelve a la agricultura su papel de transformadora de energía solar en energía alimentaria.
El compost, como base de fertilización, hace del suelo un medio adecuado para albergar vida y alimentar a los microorganismos que en él habitan, que son los que van a poner a disposición de la planta los elementos que necesita para su correcta alimentación. La fertilización química mata la vida microbiana del suelo.

Protege el medio ambiente

Fertiliza la tierra y frena por tanto la desertificación.
Favorece la retención del agua y no contamina los acuíferos.
Fomenta la biodiversidad.
Mantiene los hábitats de los animales silvestres, permitiendo y favoreciendo la vida de numerosas especies.
No sólo no contamina, sino que contribuye de manera eficaz a la descontaminación del aire, el agua, el suelo, la flora y la fauna, hoy envenenados por la agricultura y ganadería intensivas.
Al consumir alimentos biológicos se contribuye a extender su cultivo y, por tanto, a evitar la contaminación de la tierra, las aguas y el aire.

Por una sociedad más justa
La agricultura biológica mantiene la población rural con una base real e independiente en cuyo contexto sí que son válidas opciones como el turismo rural, que por sí solas son insuficientes y contribuyen a dar por sentada una situación: la desaparición del agricultor.
Preserva por tanto la vida rural y, a su vez, la cultura y tradición campesina.
Permite la soberanía alimentaria. Es decir, la producción, el comercio y el consumo local, como bases de la economía de las regiones.
Impulsa la creación de puestos de trabajo en el campo, ya que la agricultura biológica requiere por sus propias características del trabajo y de la presencia de los agricultores.
Devuelve al campesino la gestión de sus tierras, le libera de la dependencia de las grandes empresas y transnacionales de semillas y fitosanitarios.
Demandar alimentos biológicos es una elección responsable que puede lograr cambios en la actividad de empresas y administraciones, impulsándolas hacia métodos y productos más respetuosos con el medio y la salud de todos.
La agricultura biológica se complementa con el desarrollo de una nueva industria alimentaria, que elabora verdaderos alimentos biológicos sanos y nutritivos, no meros comestibles desnaturalizados. No utiliza aditivos de síntesis, que sólo tienen interés para que el industrial pueda almacenar indefinidamente, ocultar la falta de sabor y mala textura que tienen los productos obtenidos con las técnicas de la agroquímica, comercializar productos en lugares lejanos a base de costosos transportes, fomentando el despilfarro y la extravagancia.

Para una verdadera economía consume alimentos biológicos
Los alimentos biológicos no resultan más caros para la economía familiar. Protegen mejor la salud de la familia y, además, su contenido en nutrientes por unidad de peso es superior al de los convencionales, por ello cubren mejor las necesidades con menor cantidad que los otros.
Según datos oficiales, el 60% de las enfermedades degenerativas están relacionadas con la comida. El consumo generalizado de alimentos biológicos, supondría un gran ahorro tanto para las familias como para los gobiernos.
En un alimento no biológico, para obtener cada caloría se gastan en producción, preparación, transporte, etc. 10 calorías, procedentes de fuentes no renovables. Con el consumo de alimentos biológicos se contribuye al ahorro de energía y al reciclaje.
En agricultura biológica, no se despilfarra energía ya que, entre otras cosas, no utiliza excesiva maquinaria.
El coste de la agricultura industrial o agroquímica es, si se internalizan los costes de producción y descontaminación posterior que conlleva, es mucho más cara para los contribuyentes y los gobiernos. Desde esta visión global de la economía, la agricultura biológica es una forma de producción que no sólo contempla los aspectos relacionados con la salud y el medio ambiente, sino que además regenera y enriquece el patrimonio del agricultor y por tanto de la naturaleza.



Consejos ambientales

Acciones sencillas pueden ayudar a mejorar el ambiente y ahorrar dinero de su bolsillo. Aquí le presentamos algunas ideas y consejos fáciles:

• Si Ud. mantiene el motor de su automóvil debidamente a punto, la polución producida será 10 veces menor que la de un auto que no está en esas óptimas condiciones.

• Dejar su vehículo encendido durante unos 10 minutos diarios, consume un promedio de 100 litros de gasolina por año. Mantener el motor apagado ahorra combustible y reduce la emisión de gases de invernadero.

• Limpiar regularmente los filtros de su aire acondionado ahorra energía.

• Si baja la temperatura en su termostato tres grados durante las noches invernales, Ud. podrá reducir un 6 por ciento el uso de energía y los gastos de electricidad

• Apagar la luz al salir de una habitación ahorra electricidad.

• Lavar la ropa con agua fría ahorra 85-90 por ciento los gastos de calefacción.

• Con sólo colgar el 50 por ciento de la ropa lavada a que se seque se podrían ahorrar $60 anuales en su cuenta eléctrica y contribuir significativamente a reducir la polución ambiental y la emisión de gases de invernadero.

• Usar tubos fluoresencentes comsume el 75 por ciento de electricidad que las bombillas de luz comunes.

• Comprar una computadora portátil en lugar de una computadora de mesa representa una baja del 80 por ciento del consumo de energía eléctrica.

• Comprar frutas y verduras cultivadas localmente fomenta la economía de su región y ayuda al medio ambiente.

• Escoger una cortadora de césped manual resulta más sano para usted, para su césped y para el medio ambiente El uso de una vieja cortadora de césped a gas genera la misma cantidad de polución que conducir su auto 500 Kilómetros.

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